viernes, noviembre 10, 2006

Susurros

Hola. Amanecí rara.
Pareciera que algo está pendiente en el aire, y en el momento menos pensado me caerá encima. Debe ser que los susurros que suelo escuchar, andan poco claros. No sé si es porque algo me estoy perdiendo o me hablan en chino mandarín, pero aunque no logro comprenderlos ni en parte ni del todo, ello no evita que me afecten.
Perdón, sé que suena extraño y que no se entiende lo que digo, te lo explico...
Tengo la ventaja o condena (por favor, dejar su opción más abajo), de poseer unas "antenitas de vinil" súperdesarrolladas, que me avisan cuando algo va a pasar. Lo malo es que no entregan detalles. Así que me dejan con una sensación de Mariposas en la Guata y algo saltona, por lo que durante algunos días me la paso intentando descubrir el Por qué?, a quién?, cuándo? y qué puedo hacer? Creo que debí dedicarme a detective privado, al menos tendría más experiencia que en lo que hago.
En fin, sé que por mucho hablar de ello la sensación no va a cambiar o a desaparecer. No voy a poder explicar lo que siento y menos saber que es lo que me quieren avisar, algunas veces me encantaría poder tener un libro gordo de Petete, en donde encontrar todas las respuestas a las preguntas que en este momento tengo. Soñar es barato y no daño a nadie con ello, pero necesito de algunas directrices en esta oportunidad y no sé donde encontrarlas.
Pareciera que subí de nivel y aún no me leo las instrucciones de esta etapa, menos aún de los artilugios que me acompañarán... El cartel de la entrada debiera decir: "Bienvenida incertidubre e inseguros, por favor registrarse aquí para su martirización gratuita."
Hablemos de otra cosa, de algo menos denso.
Mmmm...
Ayer caminando por este bosque de noche, encontre un nuevo lugar, sirven pociones deliciosas mientras un elfo del bosque entonaba un canto. Si quieres ir se llama "Café Mosqueto" y es increíble. De esos lugares en los que puedes quedarte a escribir, mirar através de las ventanas y apreciar como las horas del día se deslizan lentamente o leer alguno de los libros que tienen o admirar el entorno.
No sé porque me encantan los libros antiguos. De esos que tienen las hojas amarillas por el paso del tiempo, que tienen un olor entre humedad y años, de aquellos que cuando das vuelta una de las hojas temes que se quiebren y que sus cubiertas son lisas, sólo el nombre y el autor, sin decoraciones ni adornos inútiles.
Cuando era niña me comía las esquinas de los libros viejos de mi casa, y que habían ciertos libros que me gustaban sólo por su sabor. Tal vez, desde entonces me estaba preparando para ser un ratoncillo de biblioteca, aunque últimamente este algo alejada de ellos. Me encantan, son amigos, confidentes y maestros, algunos son simplemente mágicos y todos se terminan demasiado pronto.
"The Boss" acaba de llamar. Hora de abandonar mi bosquecillo y retomar lo que debo hacer en la "realidad" o lo que se llama realidad, espero que nos reencontremos
Hada.